domingo, 28 de marzo de 2010

Clarín - Timerman

Compañeros de Clarín:

La Gremial de Prensa es una nueva agrupación de trabajadores de prensa y comunicación, lanzada en una nutrida asamblea en marzo de este año, que se propone recuperar la Utpba, una entidad vaciada de las que deberían ser sus funciones principales.

Hoy queremos acercarles nuestra solidaridad frente a diversos atropellos que sufren los trabajadores de Clarín y de otras empresas del grupo –igual que en otros holdings periodísticos de todo el país– en un debate que les concierne especialmente pero en el cual, creemos, no son escuchados y sí involucrados del peor modo.

Hace poco, una solicitada los acusó de complicidad con la línea editorial del diario y del Grupo, cuyo eje principal es la oposición a todo acto del actual gobierno. Hasta les pedía renunciar. No distinguía el rol del trabajador del rol del dueño del medio, ni especificaba a quiénes se aludía cuando hablaba de periodistas cómplices de una línea editorial tan polémica. Repudiamos ese intento de responsabilizar a todos los trabajadores de un medio –cualquiera sea– del juego de sus patrones disfrazando negocios, con la defensa de la “libertad de expresión”.

Por su parte, algunos funcionarios del gobierno nacional y políticos de distinto signo incurren a veces en el mismo error de no distinguir a los trabajadores de prensa de la patronal y sus intereses. Les reclamamos, sean del poder político que sea –Ejecutivo, Legislativo o Judicial se comprometan en la defensa de la libertad de expresión de quienes hoy quedan como rehenes de la confrontación.

En respuesta a un nuevo operativo de Clarín el embajador del gobierno nacional en EE.UU., Héctor Timerman, en su descargo, tampoco discrimina responsabilidades. El funcionario habla de “redactores” de Clarín involucrando a toda la redacción en la pelea. Hoy, en una solicitada en el diario Página/12, hace un intento de distinguir entre ambos. Creemos debería pedir disculpas a los trabajadores.

A su vez, la empresa Clarín, que responde desde una ética que es desmentida por sus aberrantes acciones durante la dictadura militar, esconde su responsabilidad adjudicándose la representación de todos los trabajadores de una manera vergonzosa, cobarde y repudiable cuando firma sus opiniones como “la redacción de Clarín” sin consultar a los trabajadores.

La Gremial entiende que muchos trabajadores de Clarín que están afuera de esa pelea son convertidos en rehenes. Habrá, por supuesto, periodistas del Grupo que compartan la línea editorial y alcahuetes más papistas que el papa, como en toda empresa, pero también hay otros –la gran mayoría– que no.

El Estatuto-Ley del Periodista, sancionado en 1946, se propuso justamente para eximir a los periodistas de las responsabilidades que le caben a las empresas y a los gobiernos.

Sabemos que muchos compañeros de Clarín promoverían una campaña del tipo “No en nuestro nombre” cuando un cobarde y mediocre editor, columnista o los gerentes de la empresa –de los que abundan estos días en las redacciones de grupos mediáticos de todo el país, bajando línea como nunca se vio­– los involucran en la defensa de sus negocios. Pero sabemos que no pueden responder al atropello porque el temor a represalias todavía es muy grande y porque no hay un gremio que los respalde, ni siquiera que se pronuncie. Por eso queremos acompañarlos y ofrecernos, sin soberbia, porque entendemos que es una pelea de todos.

Clarín fue un diario cuyos trabajadores tuvieron una larga historia de dignidad sindical y profesional. Con compañeros desaparecidos durante la dictadura y con otros que continuaron aquella tarea sindical en la recuperación democrática y la ética de frenar, por ejemplo, junto a trabajadores de prensa de otros diarios, gráficos, y canillitas, una solicitada golpista para no involucrar, una vez más, a los trabajadores en una decisión empresaria. Todo eso hasta el atropello patronal de hace diez años, cuando la empresa despidió a la nueva comisión interna y a cientos de compañeros que quedaron sin respaldo sindical.

Ojalá estos debates sobre el rol del Grupo Clarín y otros holdings en el contexto de las luchas contra toda monopolización de la información (de cualquier signo, privada o estatal), el rol del periodista profesional y del trabajador de prensa, la diferenciación entre su ética y los intereses de una patronal, la solidaridad entre compañeros y colegas y el debate sincero, abierto y democrático sobre todas estas cuestiones, empiecen a tener cabida. La Gremial, humildemente, como una nueva agrupación pluralista y renovadora, les expresa su solidaridad y los invita a la participación y a la acción.


Buenos Aires, 28 de marzo de 2010.

martes, 16 de marzo de 2010

A SALA LLENA



Así empezamos

Superó nuestras expectativas. Pensabamos reunir a 20 ó 30 compañeros y fueron más de 70, para ser precisos 72. Un primer paso, modesto, pero un primer paso también importante. En el Teatro del Pueblo, el martes 2 de marzo, nació una alternativa para el gremio de prensa. Una opción que busca recuperar la herramienta gremial que alguna vez tuvimos, organizada sindicalmente, con cuerpo de delegados, asambleas, negociaciones salariales colectivas, una obra social útil, un debate permanente sobre las nuevas tecnologías, una participación activa en instancias que iban más allá del sindicato pero que nos competían en tanto ciudadanos: la defensa de la democracia, el movimiento de derechos humanos, la hermandad con otras organizaciones sociales, el aporte para un armado nacional en prensa, la solidaridad internacional, entre otros.
Esa noche del 2 de marzo con La Gremial de Prensa recuperamos el debate, para plantear que necesitamos lo que hace rato no tenemos: una organización propia que defienda nuestro salario y nuestra salud, nuestras profesiones, que participe del debate cada vez más profundo sobre el rol de los medios de comunicación en nuestro país, que organice a las nuevas generaciones de trabajadores de prensa y de la comunicación. Es decir, hacer lo que no se hace, empezar de nuevo.
De todo eso hablamos esa noche con la conducción de muchos delegados del gremio (de Página/12, de La Nación, de Télam, de DyN, de Canal 13) y con trabajadores de otras empresas que se reencontraron después de años de inmovilización.
Los delegados Facundo Martínez, Tato Dondero, Santiago Magrone e Irene Haimovichi, y Pascual Belvedere, reportero gráfico de Télam, leyeron el documento fundacional y luego se abrió un debate con experiencas propias y de diversos temas en las cuales el común denominador fue la orfandad de una dirigencia gremial única que nos cobije, nos acompañe, encabece la lucha por la vigencia de nuestros derechos.
Hubo varios ex dirigentes y ex militantes de la Utpba (su primer secretario general en 1986, Carlos Subiza; Néstor Piccone, Pocho Rodríguez, Néstor Restivo, Oscar González, entre otros) que se alejaron de la conducción desde hace muchos años al ver cómo el sindicato se vaciaba gradual y aceleradamente de representatividad y de ideas.
También se contó con la solidaridad de otras agrupaciones como El Colectivo, corrientes de trabajadores de prensa del conurbano bonaerense, representantes de redes radiales, la presencia de Daniel Parcero de la agrupacion Encuentro de Prensa y saludos de las dos federaciones nacionales, la Fetracom de la CTA (a la que pertenece la Utpba, pero sin participar tampoco allí) y la Fatpren de la CGT, cuyo secretario general Gustavo Granero se hizo presente.
Ahora nos veremos en abril, para seguir construyendo la herramienta de recuperación del gremio. Entre todos, con los delegados a la cabeza, con cada vez más compañeros que se comprometan a recuperar nuestra Utpba